domingo, 5 de marzo de 2017

Seven(´s) Wings, Las (siete) alas de Seven



-        -Las nubes son blancas.- Susurro para mis adentros.

Salto con todas mis fuerzas desde la plataforma hacia el bosque de nubes que abajo se muestra en toda su blanca abundancia. Cuanto más caigo, mayor es la velocidad, mayor es la sensación de ser cortada en la piel con diminutas estacas de aire, mayor es la sensación de vértigo, mayor es mi miedo de que mis alas no se abran a tiempo.

Me concentro con todas mis fuerzas en la sensación de cosquilleo en mi espalda, en desplegar mi potencial oculto, en olvidar la sensación de vahído que arremete contra mis sentidos.

Al final, mi cuerpo se rinde, y del radiante azul que puebla el cielo, paso a la oscuridad más sombría.

Poco a poco mis párpados se levantan, no sin esfuerzo, mostrándome mis ojos un paisaje inquietante: el fondo de un oscuro barranco, con las ramas de los árboles tapando el cielo de forma tal que tan sólo unos pequeños rayos iluminan ligeramente el escenario. El frío envuelve mi cuerpo, ayudado por la capa de barro que cubre mi espalda, haciéndome sentir peor por haber fallado en mi intento, tal y como creía que pasaría.

De repente, unos pasos me sobresaltan, levantándome de golpe cual muelle del suelo sobre mi trasero. El origen del sonido es nada menos que un burro de tonalidades oscuras, el cual me mira fijamente, a la par que despliega una sonrisa enorme. “Los burros no saben sonreír”, me digo a mi misma; no obstante, ahí está, mostrando sus dientes, una sonrisa que, por algún motivo, encuentro sarcástica.

El burro sigue mirándome sonriente. No me siento bien. En mis oídos un sonido chirriante no para de aumentar su intensidad hasta que…

-        -¡SEVEN!-


El grito provoca que Seven abra los ojos súbitamente, reuniéndola cara a cara con el brillante sol, ante el cual entrecierra la vista, a la par que siente una oleada de desconcierto por la repentina transición del universo de Morfeo al real, descubriendo que se encuentra apoyada contra el tronco de un árbol, al cual acudió en busca de un ligero descanso.

-        -¡Te encontré, Seven!-

El origen de la voz, una pequeña niña de 7 años, abraza a la recién levantada con todas sus fuerzas a la vez que esta hacía por levantarse, empotrándola de nuevo contra el tronco del árbol por su ligero peso.

-       - Nía, me estás aplastando…- musita Seven debido al peso de la infante.

-        -Ten cuidado, Nía, Seven es tan delgada y tiene tan poca fuerza que hasta una paloma la aplastaría.- Menciona la voz de un chico joven, el cual se aproxima al árbol donde transcurre la conversación.

-        -Lienh…- Suspira Seven con desgana ante la perspectiva de aguantar otra lenta “batalla de ingenio” contra su hermano menor.

“UNO”, piensa Seven para sí.

-        -La verdad es que es vergonzoso tener a una hermana con una pinta así, con el pelo amarillo pollo y mechas rojas. Si no fuera porque mamá me lo confirmó, no me creería que es tu color natural.- Ríe el escuálido joven, ya posicionado enfrente del árbol.

“DOS”, continúa.

-        -Y hablando de tu cabezón, tampoco es que tengas mucho ahí dentro, de no ser por mí habrías llegado tarde hasta a tu propia ceremonia…-

“TRES”, finiquita.

¡ZONK!

En un abrir y cerrar de ojos, la escena cambia, con una Seven en pie con el puño levantado, Lienh en el suelo inconsciente, y una Nía aún en el tronco del árbol preguntándose qué ha pasado debido a la celeridad de la escena.

-        -¿Por qué no te echas una siesta, hermanito, pareces muy cansado.- 

Tras su contundente venganza, Seven se acerca a su desconcertada prima Nía:

-        -Ya casi es la hora de mi ceremonia. ¿Quieres acompañarme hasta la entrada, Nía?-
-        -¿De verdad puedo? ¡Gracias, Seven!- Sonríe agradecida la infante.

Seven toma la mano de su pequeña pariente, encaminándose ambas por las calles de la aldea en las nubes.

La aldea Kuraido se extiende en toda su flotante magnitud a lo largo del cuadrante sur. Gobernada bajo el arbitrio del Imperio de las Nubes, sus magníficas y agradables temperaturas la dotan de un afluente suministro de productos meteorológicos, lo cual lleva a sus ciudadanos a dedicarse en su mayoría a la agricultura de nubes, bien muy preciado en el Imperio por su versatilidad.

Mientras Seven y Nía caminan de la mano por los verdosos campos de la aldea, con el intenso azul y blanco del cielo y las nubes iluminando la escena, la infante se muestra inquieta.

-        -Me gusta mucho tu pelo. ¿De verdad al nacer lo tenías de siete colores distintos?- Suelta Nía.
-       -No te acabas de creer que me pusieran mi nombre por una tontería así, ¿verdad?- Menciona Seven divertida.- De todas formas, a mí me gusta mucho más tu pelo, ojalá yo también lo tuviese turquesa y rosa.-
-        -A mí no mucho, desearía que me cambiase el color del pelo a las pocas semanas como a ti…-
-        -Podría ser peor, podrías hacer nacido chico, ellos no pueden tener el pelo de ningún color… ni alas.-
-        -Alas…- murmura la pequeña Nía, frenando su marcha. – No quiero tener alas.-

Esa declaración hace que a Seven le recorra un escalofrío por la espalda.

-        -¿Y eso?- Consigue preguntar la protagonista.
-        -No quiero hacerme mayor, no quiero tener que irme. Eso es la ceremonia del vuelo, ¿no? A los 30 te crecen las alas y te hacen irte.-
-        -Nía…- Seven suspira, se pone en cuclillas para ponerse a su altura y mira a su prima con intensidad.- ¿Por qué dices esas cosas?-

Nía mira de vuelta fijamente a los ojos a Seven, con una mezcla de tristeza y anhelo que la hacen aparecer pequeñas lágrimas en los ojos.

-        -Porque la hermana de Ari se fue a vivir a la capital tras la ceremonia, y la prima de Ren desapareció sin decirla nada, y la madre de…-
-       -No me voy a ir a ningún sitio, Nía.- La interrumpe Seven.- Voy a quedarme aquí contigo, no tienes nada de lo que tener miedo.-

Una ligera sonrisa empieza a emerger de los labios de Nía.

-       -La ceremonia del vuelo es sólo un rito por el que pasamos todas las Sora a los 30 años. Tu mamá te ha hablado de ello, ¿verdad? ¿En cómo nos crecen las alas y nos convertimos en Soranias? Eso no quiere decir que nos vayamos volando a ninguna parte.-
-        ¿Seguro?-
-        ¡Claro! ¿Acaso no has visto cuántas Soranias hay volando por el pueblo?-
-        Como esa que viene hacia aquí.-
-        ¿Qui…-

Antes de que Seven pudiera acabar su frase, una Sorania baja y la recoge al vuelo, ascendiendo poco a poco ante la jovial mirada de Nía.

No tan jovial se muestra la asustada Seven ante el ente que la eleva a unos 4 metros del suelo, dándola golpes en el pecho como bien podía dada la corta distancia entre ambas, con la Sorania abrazándola bien fuerte.

-        -¡Dawn! ¡Daaawwwn! ¡Suéltame ahora mismo o te mato!- Grita Seven, notoriamente alterada.
-        -Nunca me canso de ver tu cara de asustada.- Pronuncia jocosa la ente voladora. - ¿No va siendo hora de que superes tu miedo a las alturas?-
-        -¡Bájame ahora mismo, Dawn!-

Haciendo caso de las amenazas de su vieja amiga, Dawn reduce su altura hasta aterrizar suavemente, separando así a la asustada Seven de uno de sus mayores temores.

-      -¡Estoy tan contenta por ti, Sev! Por fin te vas a convertir en Sorania.- Exclama Dawn, abrazando a Seven con alegría de nuevo, con sus 4 alas envolviéndolas a las dos.
-        -¿Por qué todos estáis empeñados en ahogarme hoy?- Susurra la protagonista por falta de aire.-

Dawn ha sido la mejor amiga de Seven desde la adolescencia. De corta estatura, alegre y vivaracha, desplegando cabellos de tonalidades turquesa y azul, su optimismo siempre ha contrastado con el realismo de Seven. A pesar de la distancia en sus personalidades, se encuentran más cercas la una de la otra que muchos familiares.

Dawn lleva meses siendo una Sorania, no provocando envidia alguna en su amiga por esta circunstancia.

-        -¡Me encantan tus 4 alas, Dawn!- Exclama Nía, escrudiñando los alerones plumados de la Sorania por enésima vez desde que las vio por primera vez.
-        -¡Gracias, Nía! ¡Me encanta que te fijes siempre que nos vemos! Al fin y al cabo, nadie ha sacado 4 alas desde hace 3 generaciones. Aunque no es nada comparado con Seven, ella podría conseguir las 7 alas…-
-        -Ya vale, Dawn, no le metas tonterías en la cabeza a la niña.- Advierte Seven.
-        -¡No es ninguna tontería!- Replica Dawn.
-        -¡Guau! ¿7 alas? ¿Es eso posible?- Pregunta incrédula Nía.
-        -Así es Nía, exactamente igual que la guerrera Naxe de los cuentos.- Comienza a explicar Dawn.-
-        -¿Naze?- Pregunta la niña, extrañada.-
-       -¡Naxe! ¿No os han leído el cuento en el cole? Cuenta la historia de la Sora Naxe, quién poseía un espíritu tan fuerte, que al convertirse en Sorania le crecieron 7 alas. En realidad sólo le salieron 6, pero el cuento dice que estas eran de decoración, y que lo la que permitía volar en realidad era su fuerte espíritu, conduciendo a los Sora a una nueva edad de oro.-
-       -Por supuesto, eso no son más que cuentos Notxi.- Concluye Seven.- A nadie le han crecido nunca más de 4 alas.-

Tras la conversación, las tres se ponen en camino a la ceremonia de vuelo de Seven, localizada en el barranco del aire, bien pasadas las últimas viviendas de Kuraido, lugar en el que se separan de Nía, dado que está prohibido que asistan más de 3 personas a la ceremonia.

-       -Estoy deseando ver tus sietes alas, Seven.- Dijo sonriendo de oreja a oreja la joven Nía, en un gesto que llena de candor a la protagonista.

Tras llegar al barranco, y observar el ostentoso despliegue de artefactos ceremoniales, Dawn y Seven se encuentran con la encargada de conducir la ceremonia: la sacerdotisa mayor Cíah, una centenaria Sorania miembro del Consejo bien versada en la historia de su pueblo.

Con la treintañera ya en su puesto, y Dawn como testigo, Cíah comienza a relatar los pormenores de la ceremonia, las cuales Seven ya conoce de memoria, habiendo sido martilleadas en su mente desde aciago, centrándose en su lugar en el torbellino de emociones que agita violentamente el mobiliario de su mente.


-        -Nía… yo tampoco quiero alas.- Pienso para mí.

Mientras la sacerdotisa mayor repasa rápidamente las pesadas líneas del libro sagrado, yo miro concentrada la plataforma al borde del barranco. La imagen de ese sueño tan repetido me viene a la cabeza, con el burro mirándome fijamente y sonriendo sarcásticamente, una imagen que me sigue confundiendo.
-        -Que la homenajeada se ponga en posición.- Vocifera Cíah tras acabar de recitar los textos sagrados.

Mis pies se mueven pesadamente hacia la plataforma, con cada paso recordándome a personas que me han acompañado estos pasados 30 años: los piques con el idiota de mi hermano Lienh, las fuertes discusiones con mi madre por lo distintas que somos, el cómo mi padre desapareció de mi vida con una facilidad que me hace cuestionarme si alguna vez le importé, mis compañeras de trabajo y sus tonterías, mis muchas aventuras con Dawn a pesar de lo opuestas que somos en personalidad…

Así mismo, comienzo a pensar en todos los motivos por los que no quiero tener alas: en mi miedo a las alturas, en renunciar a la inocente vida que he llevado hasta el momento, en el hecho de que cada vez soy más mayor, en el que algún día me marchitaré dejando de observar el precioso cielo azul para estar sumida en la oscuridad más absoluta…

Pero ahora tendré alas. Tendré alas y podré volar a dónde quiera, a cualquier sitio que me apetezca. Podré ser quién quiera ser, podré hacer cuánto quiera hacer.

Cuanto más me acerco a la plataforma, más me doy cuenta de que dejo mucho atrás, pero también me llega mucho por delante. Aunque no pueda verlo, el futuro está a plena vista. Aunque no pueda oírlo, el futuro está gritando. Aunque no pueda sentirlo, el futuro está acariciándome el rostro tierna pero firmemente. 

Al llegar a la plataforma, me siento en paz conmigo misma, resignada ante el destino que me aguarda. Creceré las alas, pero jamás dejaré de ser quién soy, jamás dejaré de ser Seven.

-        - Que el cielo esté contigo.- Concluye la gran sacerdotisa.

7 alas. 4 alas. 2 alas. No importa el número. Lo único que necesitas para volar, son alas.
-        Las nubes son blancas.- Susurro para mis adentros.

Salto con todas mis fuerzas desde la plataforma hacia el bosque de nubes que abajo se muestra en toda su blanca abundancia. Cuanto más caigo, mayor es la velocidad, mayor es la sensación de ser cortada en la piel con diminutas estacas de aire, mayor es la sensación de vértigo, mayor es mi miedo de que mis alas no se abran a tiempo.

Me concentro con todas mis fuerzas en la sensación de cosquilleo en mi espalda, en desplegar mi potencial oculto, en olvidar la sensación de vahído que arremete contra mis sentidos.

Al final, mi cara esboza una sonrisa. Una sarcástica sonrisa que encuentro familiar.


Dedicado a cierta "enana" que cumple 30 años.

sábado, 1 de febrero de 2014

Mi querida Tina

Mi querida Tina: no sé cuantas horas llevo dando vueltas por esta casa que fue, hace años, el único hogar que tuve. Ahora es tan sólo la morada de recuerdos de personas ya difuntas.

Apoyado junto al ventanal, sintiendo en mi piel su frío tacto, miro al gris exterior: gotas cayendo con sonoro tesón en el jardín, golpeando los restos del parquecito en el que tú y yo solíamos jugar en las numerosas ocasiones que venías a visitarme.

Mí juguetona Tina: con el paso de los años cada vez he ido olvidando más y más tu rostro. El tiempo no perdona siquiera a los recuerdos, los cuales fluyen estancados en mí, como la corriente de un río obstruida por un molesto peñasco. La desaparición de mis seres queridos no ayuda a este respecto, haciéndome sentir como si fuera el único actor vivo de una película de cine clásico.

Pero ahora estoy aquí, Tina, he vuelto al pueblo después de todos estos años tras la muerte de mis padres para dar uno de los conciertos más importantes de mi vida, todo gracias a tu sobrino. Estoy emocionado. La idea de volver a verte me llena de un júbilo e impaciencia propia de un niño el día de nochebuena.

Separándome del frío vidrio, me percato con sorpresa de la ligera fotografía que sostiene mi mano izquierda. Mirándola con la extrañeza de no recordar cómo ha llegado hasta ahí, la observo detenidamente, inundándome la vista con los colores de la escena veraniega que me proyecta, en la que aparecemos tú y yo. Se trata del verano en el que, acabado el instituto, me marché a la gran ciudad para estudiar en el conservatorio.

Intentado no hundirme en los recuerdos, decido no perder más tiempo en divagaciones y me dirijo al piano para un  último repaso del repertorio que deberé presentar ante la audiencia, dejando la foto encima del mismo.

Al sentarme en la suave butaca del piano, dejar caer mis dedos sobre el frío marfil y mirar hacia arriba me encuentro cara a cara con la foto de nuevo; tu rostro sonriente en la misma dispara, de forma inexplicable, una frase en mi interior:

 
“¿Tocamos juntos?”
 

Ante el recuerdo de esa frase en mi interior, los dedos de mi mano derecha tocan, por voluntad propia, un acorde familiar, que no logro identificar, destacándose por ser un sonido rítmico, ni demasiado rápido, ni lento, ni agudo, ni grave.

“Este sonido lo he escuchado antes”, me dice mi cerebro. “No querrías recordarlo”, me dice mi corazón.

Sé que es relevante para mí, pero la sensación que recorre mi cuerpo es un contraste entre la curiosidad por saber de dónde procede aquel sonido y el no querer hacerlo por algún motivo.

Antes de poder continuar la melodía con mi mano izquierda, la alarma de mi móvil suena, advirtiéndome de que he de partir hacia el concierto.

Levantándome con paso apresurado me dirijo hacia la puerta, no sin antes mirar, por última vez, la imagen del piano con aquella foto encima, con ademán de desearme suerte en mi empresa.

Encaminándome hacia mi destino, con el repicoteo de mis zapatos en los adoquines del suelo y la fina lluvia como mis únicos acompañantes, no paro de pensar en las notas que acababa de tocar. ¿De dónde procedían? ¿Por qué tengo esa sensación de no querer una respuesta a esa pregunta?

El piano ha sido mi vida entera, mi única ocupación, mi único amante, mi única familia desde que la mía falleció. En todos estos años no me ha venido a la mente un acorde así, ¿por qué ahora?

Mi tozuda Tina: si pienso en el piano, pienso en ti.

Aún recuerdo la primera vez que te vi tocarlo. Mi estrechez de miras fue lo que me hizo sorprenderme cuando descubrí que tú, una niña a la que la gracia divina le había negado el don de la vista, tocaba con una habilidad digna de los grandes maestros. Todos te dijeron que serías incapaz, pero tú, como siempre hiciste, les demostraste que estaban equivocados.

 Nunca olvidaré la sorpresa que notaste en mis palabras cuando te pregunté por el piano y tú, en lugar de enfadarte, soltaste una simple frase:


- “¿Tocamos juntos?”-

 

Sí, ahora lo recuerdo. Esa frase la decías a menudo. Aún así no explica el por qué me viene a la mente ese extraño acorde. ¿Acaso tiene que ver contigo? ¿Es una canción que tocamos juntos?

Mi paciente Tina: a pesar de mi falta evidente de coordinación para la música, tú no cejaste en tu enseñanza. Siendo un año menor, demostrabas una paciencia digna de un viejo sabio hacia aquel muchacho de 7 años que navegaba erróneamente a través de las teclas negras y blancas de aquel instrumento. Tocar juntos se convirtió en una actividad habitual para ambos y, pasados los años, yo componía canciones y tú las tocabas. Mentiría si no dijese que fue mi afán por impresionarte lo que me llevó a estar horas y horas superando mi frustración hasta tocar las teclas correctas.

Entre divagaciones varias llego a mi destino. Subo las escaleras de aquella vieja casa y llamo con los nudillos. Una mujer de mediana edad me saluda con una sonrisa y me hace pasar. No necesito que me dirija, desde mi más tierna infancia he conocido la estructura de esta casa como si fuera la mía propia. En el salón, un gran número de gente espera paciente en sus sillas enfrente y alrededor del mastodóntico piano de cola que, con la elegancia digna de una majestuosa ave, se sitúa en el centro.

Sin mediar palabra, y no teniendo más ojos que para el piano que tantos buenos momentos me proporcionó con mi vieja amiga, me siento.

Entonces, ocurre.

El tacto de la butaca de piel, la peculiar forma del relieve del piano visto desde el frente, el olor de la madera,… aunque no es sólo estos detalles lo que me hacen recordar, sino la imagen que se extiende más allá de esta habitación. Desde el ventanal puedo divisar el patio trasero, en el que se encuentra el embarcadero.

Mi amada Tina: ahora lo recuerdo. Lo recuerdo todo.

Empiezo a tocar los acordes de esa canción. Empiezo a tocar “hacia la luna”.

Mi mañosa Tina: mientras toco en tu casa la canción que te compuse hace tantos años, los recuerdos comienzan a fluir en mí. Como si de un croma de cine se tratase, el exterior del embarcadero cambia y nos veo a ti y a mi en la oscuridad de la noche, bañados por la luna llena y las múltiples estrellas que la guardan.

-         Las estrellas son tan brillantes esta noche…- Dice el joven.

-         ¿En serio? Ojalá pudiese verlas.-

 
Ante el comentario, el joven se da cuenta de lo errado de su comentario. Sin embargo, a los pocos segundos se pode de pie, lleno de determinación:

-         ¡Yo haré que veas la luna, Tina! ¡Crearé una canción que hará que te sientas como si la estuvieses viendo!

 
La muchacha sonríe ante la idea.

-         Ayer le dije a mi madre que quiero ser pianista profesional. Si me creas una canción, podría usarla para los exámenes de acceso al conservatorio.-

 
El silencio se apodera de la escena mientras el joven se toma unos momentos para pensar.

-         ¡Qué buena idea! ¡Yo también iré al conservatorio! Así yo podré ser compositor y tú tocar las canciones.

Los dos jóvenes sonríen ante la idea.

-         Entonces, ¿Tocamos juntos?- Pregunta la muchacha.

-         Tocamos juntos, Tina.-

 
Con esa última frase, la canción que toco llega a su fin, recobrando el exterior su grisácea apariencia. No obstante, apenas puedo percibirlo, ya que las lágrimas fluyen en torrente desde mis ojos hacia el precioso marfil.

Mi resplandeciente Tina: a unos meses de poder realizar las pruebas de acceso al conservatorio, tu luz se extinguió por la imprudencia de un conductor borracho. Ahora yo creo obras para mí mismo, sin que tú puedas tocarlas.

Sin embargo, me gusta pensar que estás conmigo a cada concierto que doy.

Me gusta pensar que, durante los escasos minutos que dura cada canción, seguimos aquí, en esta butaca, tocando juntos.

viernes, 31 de agosto de 2012

Las claves de "la importancia de ser un perdedor"

 [SPOILERS!!! Has de sufrir los cinco interminables capítulos del relato antes de estar leyendo esto. No, en serio. Deja de leer si no es así. Vale. Tú mismo…]

¿Creías que había muerto? ¡No! Algo mucho peor: ¡Me he echado novia! Pero ya volveremos a esto más adelante.

Os presento las claves de la que fue mi última obra, las andanzas de la vida friki de Ray Williams Gutiérrez. ¿A qué viene el uso del vocablo “friki”? Echemos un vistazo a nuestro siempre eficiente (lol) diccionario de la Real Academia de la lengua Española:

friki.
(Del ingl. freaky).
1. adj. coloq. Extravagante, raro o excéntrico.
2. com. coloq. Persona pintoresca y extravagante.
3. com. coloq. Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición.


No quiero ponerme en plan “gafapasta”, así que dejaré para otra ocasión mis impresiones sobre la inclusión de este vocablo en nuestro diccionario oficial; sin embargo, como adelanto, y bajo el lema de “vale más una imagen que mil palabras”, os dejo la opinión del agente Smith al respecto:


                                       Y eso que aún no han metido "otaku" en el diccionario

En fin, uso “friki” en este caso para destacar la extravagancia de la vida de nuestro divertido personaje.

Bien, ¿cómo presentaros las claves de esta obra? Para aquell@s que leyeron las reflexiones iniciales, recordarán la importancia capital que la música adquiría en este relato y cómo su uso no era casual. Bajo esta idea, he decidido ir explicando ciertos aspectos de la obra tomando como base las canciones y los artistas que las interpretan.

Por favor, pulse “Play” para continuar…


1. “I wanna be your lover”, Prince

La historia comienza con Ray proponiéndose a Natalia, una compañera de clase. Su rechazo, otro de tantos, da pie a recordar otros rechazos anteriores y la “sabiduría” adquirida tras ellos.

Es posible que una de las intrigas más grandes que suscite este relato es hasta qué punto las historias, personajes y acontecimientos que suceden son reales. Voy a hacerme el interesante tal y como haría nuestro amigo Rober y decir simplemente que...

A: gran parte de lo escrito en el relato ha ocurrido realmente (aunque no de forma exacta), B: los personajes que aparecen son reales o están basados en personas reales, y  C: el que escribe realmente estuvo en Londres el verano de 2011.

La canción fue escogida como título ya que la letra pega bastante con las ambiciones y deseos del protagonista, Ray:


I aint got no money                                                                                         No tengo dinero
I aint like those other guys you hang around                  No soy como esos tíos con los que sales
And it's kinda funny                                                                                 Y es bastate curioso
But they always seem to let you down                     Pero ellos siempre consiguen decepcionarte
And I get discouraged                                                                                 Y yo me desanimo
Cause I never see you anymore                                                                 Porque ya no te veo
And I need your love, babe yeah                               y todo lo que necesito es tu amor, nena, si
That's all Im living for, yeah                                                             Eso es para lo que vivo, si
I didn't wanna pressure you, baby                                                   No quise presionarte, nena
But all I ever wanted to do                                            Pero todo lo que siempre he querido…
I wanna be your lover                                                                             Quiero ser tu amante


¿Créeis que estuve acertado?


2. “I´m into something good”, Herman´s Hermits

 Lo sé, lo sé, ahora saldrá el típico listo diciendo: “antes de esta canción sonaba “Endless love” de Lionel Ritchie, eres un fraude, y tu blog carece de script propio…”. Sin embargo, considero más relevante pararnos en esta canción. Se nos introduce a un Ray adolescete, el cual presenta todos los rasgos típicos de un “nerd”. Si no sabéis que es un “nerd”, usad google, este vocablo no ha querido españolizarlo la RAE y de verdad espero que no lo haga, o saldría algo espantoso como hicieron con “manga” al princpio (comic chino erótico, HOYGA!).

Ray conoce a una tal Patricia, que resulta que fue la primera chica de la que se enamoró, llevándole a imaginarse como pareja antes siquiera de haber cruzado más de 4 palabras con ella. Ray creía que ya estaba en movimiento algo bueno (into something good…). Pero, oye, ¿acaso no nos pasa a tod@s cuando conocemos a alguien especial? Nos adelantamos a los acontecimientos, nos esperanzamos y… más de una vez caemos en picado haciéndonos papilla.

Tal y como le pasó a Ray en la siguiente canción…

Conviene reseñar las constantes referencias a la cultura Otaku como One Piece, Legend of Zelda,… Además de la aparición de una canción, “Over the rainbow” de Harry Nilson, que no se ha añadido a la Banda Sonora. 


3. “Let the music play”. Barry White

Ray se lanza en picado y va a casa de Patricia para, al final, salir escaldado de su intento de iniciar una relación con ella. Esta canción es meramente contextual y sirve para dar ambientación a la mente calenturienta de nuestro ingenuo protagonista.

Tras dejar de recordar a la primera chica que le robó el corazón, Ray vuelve a casa dónde se encuentra con dos personajes trascendentales en su vida: Rober y Alice. La verdad es que la conversación entre este trío de personajes resultó más fácil de lo que creía en un primer momento. Cada uno tiene una personalidad y unas motivaciones tan distintas y definidas, que las conversaciones literalmente salieron solas. Tan sólo me arrepiento de que el espectador sólo disfrute de este gran grupo durante la mitad del relato.


4. “You give love a bad name”, Bon Jovi

 Los más críticos conmigo (*coff* club Anti-Donald *coff*) podrían argumentar que, pese haber aludido a que la música es muy importante, esta sea la última canción que aparece en el resto del episodio. Y la verdad, es una crítica justificada. No obstante, creo que todo lo que acontece a lo largo de lo que queda de episodio es tan entretenido (o, como mínimo, impactante) que el espectador no se dará ni cuenta: la extraña llamada telefónica, la revelación de que Alice también tiene corazón, la historia de la Brigada S.O.S, la profesora insatisfecha sexualmente, la expulsión de Ray,..

He recibido muchas cartas preguntándome si lo de la expulsión me había pasado a mi…Si, si que me pasó…me pasó ayer…yo era la silla…de Ikea…34,99…


                                                    "El mentiroso" de "Sé lo que Hicísteis"


5. “Papa was a rolling stone”, The Temptations

Papá era un irresponsable. Aquellos que se hayan leído el Capítulo 2 ya saben de quién estoy hablando y el por qué de la elección de esta canción para el título.

No hay mucho que decir sobre esta parte de la historia, se explica por sí misma: vemos a un Ray abatido por su expulsión que no acaba de ver la luz al final del túnel, recibe una carta de su padre y se marcha a Londres. La idea desde el principio era hacer que Ray se marchase a algún lugar lejano, de modo que cuando volviese hubiese aprendido algo nuevo y saliese del abismo.

Digamos que la intención del relato es ver el esclarecimiento de Ray, acompañarle en su viaje espiritual. Aquell@s que ya me conocéis o habéis leido mis relatos sabéis que es el nexo común a todos mis escritos: el protagonista se embarca en una aventura para despertar esa parte oculta de sí mismo. En este caso, la aventura se enmascara dentro de una comedia. Por estúpido que os pueda resultar, me costó encontrar un pretexto por el que el protagonista se marchase a Londres, ya que no me gusta que mis personajes hagan las cosas “for the lulz” (o porque sí). Aquí es donde la historia del padre resultó ser un filón que me duraría durante el resto del relato, no sólo por la gran personalidad y diversidad que proporciona el personaje, sino por la deteriorada relación padre-hijo, la cual iría arreglándose según pasasen las páginas.


6. “Sexual Healing”, Marvin Gaye

¿Sabíais que Marvin Gaye murió tiroteado? Es un dato interesante. ¿Sabíais que el que le mató fue su padre, pastor religioso de profesión, y lo hizo porque su hijo llevaba un pecaminoso estilo de vida? Ahora es cuando esto pasa a ser un dato fascinante.


Se está rifando una hostia bendita...


En cualquier caso, la escena que acontece junto a la canción no podría ser más gráfica. ¿Te imaginas pillar a tu padre con dos mujeres en la cama? Yo prefiero no hacerlo.

Más tarde descubrimos que todo era un montaje del padre para parecer “guay” ante su hijo. Sé lo que estáis pensando y no, este señor no sale mucho de casa.

Este capítulo destaca por la aparición de otro gran personaje: Maurice Moss. No, no voy a mentir, el personaje está sacado directamente de la sit-com británica “The I.T Crowd” (“los informáticos”, en España). Podéis considerarlo un homenaje o una copia… en ambos casos tenéis razón.



                            He venido a beber leche y patear culos… y acabo de terminarme la leche


Y se acaba el capítulo con la aparición del personaje clave para la trama: Nicole, la vecina de al lado.

Ray va a confirmar su teoría llevando a cabo un plan descabellado a más no poder: se va a hacer pasar por el hermano guay de un tío que no existe… ahora que lo escribo, parece un argumento bastante estúpido. Casi puedo oír al conocidísimo vlogger “Angry Videogame  Nerd” en mi cabeza…



                                              ¿¿¿EN QUÉ ESTABAS PENSANDO???



7. “White & Nerdy”, Weird Al Yankovic

Si no has visto el videoclip de esta canción, sal de este blog ahora mismo, borra el historial del explorador y no vuelvas nunca más. O bien podrías verte el videoclip ahora mismo. Ambas opciones me van bien.

Ocurre algo increíble en este capítulo, y no es sólo el hecho de que Nicole se crea que Ray es el hermano de Trey, sino porque al final es el nerd el que… ¡se lleva a la chica! En efecto, es a Trey a quién Nicole invita a ver el musical de “El rey león”. Y se podría decir que la noche les fue muy bien…

A todo esto, espero que los fans de “Mass Effect” pillasen la frase “Soy Trey Williams y esta es mi tienda favorita de La Ciudadela”.


8. “Only time”, Q;indivi featuring Rin Oikawa

Rin Oikawa es, junto a Ryohei Yamamoto, una de las mejores y más infravaloradas artistas musicales que he visto en mi vida. Un ejemplo viviente de que ser buen cantante no es sinónimo de éxito en la industria de la música.

Dejando de lado aspectos musicales, se nos presenta a un Trey que parece mostrar los primeros signos de un nuevo enamoramiento. El gran desenlace podría haber sido el beso en la puerta, sino fuese porque Moss interrumpió el momento.

De todos modos, los dos jóvenes se volverían a ver en unos días. Ahora sólo quedaba la parte más dura: la espera


9. “The waiting”, Tom Petty & The Heartbreakers

Tras la espera, llegan las varias citas, que culminan con un gran estallido: Trey ha de conocer a Kim, la prima de Nicole. Si os habéis preguntado qué aspecto debía de tener Nicole, tan sólo debéis imaginaros a Avril Lavigne en sus primeros años como cantante; aunque la chica en la que me inspiré para crear a Kim no tenía ese aspecto…pero sí muchos tatuajes.



                                                              Es imposible no quererla... 


El capítulo concluye con una noticia bomba: la madre de Nicole ha tenido un accidente.

Los más avezados se habrán dado cuenta de que los acontecimientos ocurren paralelamente a los disturbios ocurridos en Londres en el verano de 2011. De hecho, si alguno se dedica a hacer los cálculos, la historia que cuenta Kim de cómo le rompió los dientes a un agente del orden coinciden con la cronología de los disturbios en Tottenham.


10. “A change is gonna come”, Sam Cooke

Y el cambio llegó. Un gran cambio en las circunstancias. La madre de Nicole, Clara, amiga del padre de Trey, fue herida en los disturbios de Londres y se encuentra en el hospital.

El hospital se convertirá en un punto de inflexión en la historia, y no sólo porque nos enteremos de la curiosa relación amorosa entre Moss y Kim, sino porque el personaje de Ray/Trey terminará abriéndose totalmente.

Nicole no se encuentra en su mejor momento, y la situación no hace más que recordar a Ray a su propia madre.


11. “Mommy”, Selah Sue

Trey y Nicole se quedan a pasar la noche en el hospital. No es que pareciera el mejor momento, pero al final ocurre: los dos se besan al lado de la madre comatosa de una de ellos.

¿QUÉ? ¡Eso es horrible! Vaya argumento, digno de una peli de serie B de Antena 3.

En cualquier caso la presencia de Trey en esos momentos resulta determinante para que él y Nicole terminen siendo pareja.

Clara termina despertando, justo para la visita del padre de Ray. Cuando todos se han ido, Clara termina desenmascarando a Trey. Una difícil decisión se muestra ante él, ya que o bien debe dejar al gran amor de su vida para volver a Madrid o quedarse con ella en Londres aún suponiendo que le perdone el haberla engañado.

Sea como sea, no parece que la situación vaya a tener un final feliz.


 12. “(No) Happy Ending”, MIKA

Se me había olvidado que este pedazo de estiércol tenía cinco capítulos. En fin, vamos allá.

Este es el final de la historia. Ray/Trey ha decidido seguir durante un tiempo con Nicole, pero ahora ha de volver a Madrid a continuar con sus estudios. Si, a pesar de su supuesto “ataque sexual”, otra universidad ha decidido admitirle. El hecho de su marcha no le hace precisamente gracia a cierta persona…


13. “Ugly love”, Eels

Ray decide hablar con Moss para agradecerle todo lo que ha hecho por él. La letra de la canción pega bastante con el momento:

Dear cousin,                                                                                                              Querido primo,
I got your letter                                                                                                            recibí tu carta
It was more than i thought i deserved                                                        Era más de lo que merecía
Well she sounds perfect,                                                                                Bueno parece perfecta,
 all i dream of                                                                                     todo lo que siempre he soñado
And i dream about so much it is absurd                                 y sueño tanto con ello que es absurdo

But when i get there and she sees me                                             pero cuando llegue allí y me vea
I'll be impressed if she does not run screaming                      me sorprenderá si no sale corriendo


Tras una orgía de compras en la cadena HMV, vuelven a casa para encontrarse a Nicole. Ray decide pasar unos últimos momentos con ella como Trey, ya que piensa marcharse a Madrid sin decirle nada.

Esta decisión puede parecer mal o bien depende de a quién le preguntes. Ray lo que intenta con ello es protegerla tanto a ella como a él. Aprovecho la ocasión para mencionar que a mi no me parece bien la decisión de Ray, pero uno ha de escribir de acorde a la psicología de sus personajes, cosa que muchos autores parecen no haber aprendido a hacer.

La relación entre Trey y Nicole es como una promesa que uno sabe que no podrá cumplir, igual de insatisfactoria.


14. “Promise”, Danny Elfman.

Trey, tras comprobar que Nicole se ha quedado dormida en su regazo, decide subirla a su habitación. Ella, media dormida, y sin saberlo, cruzará sus últimas palabras con él. Él le da un beso y se marcha, con el arrepentimiento como sentimiento predominante en aquel momento. El aeropuerto le espera y, tras él, un viaje a casa en el que lleva como equipaje una carga muy pesada.

Ahora bien, conocerá a cierta persona que le aligerará esa carga: Luis.


15. “My Heart Will go on” Piano version, James Horner

¿Es mejor amar que haber perdido? ¿De verdad merece la pena pasar por el sufrimiento de haber querido a alguien? ¿No es mejor no haberla conocido nunca?

Lo que Ray aprende de Luis es que las personas siempre provocan un impacto en nuestra vida, ya sea positivo o negativo, y debemos seguir delante de lo aprendido por o con ellas. Si, definitivamente es mejor amar y haber perdido, porque nos muestra partes de nosotros mismos que ni conocíamos. Junto a otras personas aprendemos más de nosotros de lo que aprenderíamos solos. Esta contradicción es una de las grandes verdades de la vida.

Parafraseando a una de mis sagas favoritas:


 
 “Bonds of people is the true power”                        “Los lazos con la gente son el verdadero poder”


16. “Any other world”, MIKA

 ¿Qué decir de esa escena en el tubo del aeropuerto de Madrid? Es una de mis favoritas de este relato. Todos los personajes importantes para Ray aparecen, como recordándole todo lo que ha tenido que pasar hasta llegar a este punto. Hasta llegar a su nuevo comienzo.

Oh, pero espera, esa misma escena me suena…


                                "My finale", último episodio de la octava temporada de "Scrubs"


Efectivamente, ese momento ocurría en el último episodio de una de las mejores sit-coms de todos los tiempos: “Scrubs”. Y digo último episodio porque la novena temporada de esa serie NO existe…


17. “Over the rainbow”, Q;indivi featuring Rin Oikawa

El epílogo de la historia nos muestra que Ray no es el único que ha llegado a una realización personal. La Brigada se ha restaurado, sus miembros son ahora más fuertes y tienen una nueva sede central.

La última canción del relato, de manos de la grandiosa Rin Oikawa, tiene como título un símbolo que expresa todo lo que quería mostrar al final del camino: el arco iris como gloria espiritual, a la cual se ha llegado a través del entendimiento y el aprendizaje.
Y FIN.
Esto es todo lo que quería comentar sobre “la importancia de ser un perdedor”. Habréis observado que no hay tantos detalles como en claves anteriores (hay algún que otro detalle que he dejado, pero son bastante obvios). Esto es así porque, tal y como dije en las reflexiones iniciales, este relato no es tan profundo y espiritual como otros. Me gustaría que tod@s los que soléis leer mis relatos me escribáis para comentarme que estilo os gusta más.

En cualquier caso, mi intención en mi siguiente obra es volver al estilo meditabundo y simbólico que caracterizó a mis obras anteriores. Espero que estéis aquí para leerlo, mis queridos lectores.

Un atento saludo y mi más sincera gratitud por llegar hasta el final,

Donald Light.



PD: No quiero justificar lo injustificable, pero no es sólo el hecho de que me haya echado novia lo que me ha impedido terminar las claves en estos siete meses, sino que esta misma novia me borró varias veces mi disco duro…


Que sea la última vez que veo una foto tuya dando un beso a esa zorra de Ángeles. Me da igual que sea tu madre.


En fin, fue peor cuando me tiró todos los juegos de Zelda sólo por tener nombre de chica en la portada.

Adieu, amig@s!